martes, 31 de enero de 2012

Naces y vives sólo

El viernes pasado en el Master que estoy haciendo tuvimos una clase muy reveladora. A una alumna tan sólo le preguntaron en que calle y número vivía. Y con esos dos datos el ponente pudo adivinar sin conocerla cuantos hijos tenía y cuanto le costaba el colegio, la marca de su coche, cual era la caldera de su casa y cuando se la habían instalado. Incluso cuando se le iba a estropear. Cuanto costaba de media la compra que hacía y a que restaurantes iba. Y es que somos una ciencia exacta. Nos creemos especiales y únicos pero en realidad seguimos todos el mismo patrón de comportamientos. Y lo único que lo define es el maldito poder adquisitivo. Indudablemente sin quererlo nos adaptamos a él. Pensamos igual, actuamos igual, compartimos los mismos miedos, filias y fobias. Por eso, a veces y en ocasiones, algunos, nos entendemos tan bien.

Así que quizás cuando me da por divagar alguien comprenda ese sentimiento tan absurdo que a veces nos inunda o me inunda. A pesar de verme rodeada a diario de gente increíble, de recibir tantas llamadas, mails, de whatsapp de amigos, de trabajo, de acudir a decenas de reuniones, fiestas, cenas, comidas, de compartir sentimientos, emociones y experiencias; a pesar de saber que Robert, Silvia, Mariano, María, Con, Papa y un sinfín de personas están siempre ahí, cuando todo se detiene, cuando el cielo se tiñe de negro y el silencio se apodera de mi mundo, cuando la cita es con yo, a menudo mi inconsciente me traiciona y susurra esa canción tan certera del Canto del Loco naces y vives sólo.Porque a pesar de todos esos bastones que te sostienen, flotadores que te mantienen a flote, barandillas que te retienen, abrazos que te llenan, oídos que te escuchan, besos que te quieren, pañuelos que te consuelan o risas que edulcoran tus días, eres tú, contigo mismo el que camina, el que decide, el que lucha y el que se cuelga medallas o el que se las tiene que quitar de la solapa de su abrigo.
Pero supongo que todos estos pensamientos tan poco comunes no son más que el resultado de un Ribera del Duero mal digerido.

Así que si este sentimiento algún día os inunda no olvideis que siempre podeis venir a vernos y compartir unas horas haciendo algo tan banal y relajante como un poco punto.

Este sábado 4 de Febrero, empieza L´ÉCOLE de Enfant Terrible. La primera clase es de punto. De 10h a 14h con desayuno incluído, material incluído y musiquita! (info@enfantterrible.es)

miércoles, 18 de enero de 2012

Magia



Se paran y se pegan al cristal. Señalan. Juntan las manos a los ojos para evitar el reflejo del sol en el escaparate y ver con lucidez. Hacen fotos. Curiosa postal propia de Tim Burton.
Una novia luminosa luce un vestido de 20 metros de tul blanco colgada de una garra de hierro descomunal. Es una flor blanca que ha brotado en medio de un jardín de 225 plantas. Tiene sin lugar a dudas enamorada a las dos macetas que más están creciendo cuyo nombre curiosamente hace honor a este silencioso sentimiento Amor de hombre. 223 potos tapizan una pared de cinco metros de alto tan verde como el manifiesto escrito a mano que tantos transeúntes leen cada día y hacen suyo. Tienes derecho a abusar de tu imaginación. Tienes derecho a luchar contra gigantes. A crear monstruos. A expulsar demonios. O a sacar los tuyos a pasear. Tienes derecho a soñar.

Y Amparo, Margarita y Piluca toman el té cerca de un colorido mostrador de extraños dulces llamados Marmels que llaman la atención por sus alegres envoltorios e inusuales sabores. Hibiscus, lavanda, jengibre, chile, membrillo de café. Casi siempre se escucha música francesa, nostalgia de un tiempo pasado. ¿Por qué todo suena mejor en cualquier idioma menos en castellano?

Y si. Aunque todos nosotros nos hemos acostumbrado a entrar en tan sorprendente trocito de mundo, es a través de la cara de cada uno de vosotros que volvemos a redescubrir la esencia del escenario en el que cada día ocurren cosas maravillosas. Porque hoy, después de cruzar el jardín vertical, de saludar con la mirada a una novia colgada del techo y a sus invitadas, una transeúnte cualquiera se ha encontrado de frente a Soraya inundando con su torrente de voz 420m2 de locura. A una fotógrafa de La Razón que había dejado su coche en el vado y ha preferido ir a aparcar bien su vehículo para dedicarnos no una foto sino un reportaje. A diseñadores llenando de vida la tienda, Queta con su taller portátil de joyas, Silvia con su inamovible sonrisa, a una estilista devolviendo los maravillosos bolsos de Myriam o a una pintora enseñándome su obra, curiosamente del Petit Prince.

Y después de un día muy intenso en esta peculiar jaula de grillos me he dado cuenta de que yo misma había caído en la trampa. Porque cuando lo increíble se vuelve banal, lo sorprendente se hace rutina, lo grandioso encoge y lo mágico, pasa a ser terrenal es que hemos dejado de ver el mundo tal y como se merece.



viernes, 13 de enero de 2012

París


París. Un cielo gris amenaza lluvia. El frío y la humedad atraviesan sin contemplaciones mi bufanda, mi abrigo y mi jersey. Pont des Arts. Cientos y cientos de candados enlazados a una fina reja de metal adornan un puente ya no tan insignificante. Promesas de un amor deseado eterno. Símbolos de unos minutos únicos entre dos personas. Ti amo per sempre, I love you y cientos de nombres unidos por tan irrelevante objeto se oxidan poco a poco mirando al Sena.

Esperanzas que quizás ya se han roto o que con suerte han logrado sobrevivir a la rutina y a
la desidia. Dicen que el amor mueve fronteras y así ha sido. El ayuntamiento se ha tenido que plantear quitarlos y reformar las barandas para impedir que se pudiera repetir la puesta de candados. ¿Cuantas contratos de amor, testigos de besos y caricias, duermen en ese puente firmados con un simple edding negro, retando al viento y la lluvia?, ¿Cuantas de esas historias seguirán vivas?
Rue Saint Honoré. Colette. Mi inspiración. Es Domingo, cerrado, pero un batallón de chavales ordena este templo del diseño que nunca dejará de sorprenderme. Rue Saint Honoré, tiene eso que tiene París. Que parece que cada rincón ha sido estudiado para engañar y embaucar al transeúnte y sumergirle en un cuento donde todo parece bonito y huele a anuncio de perfume caro.
Y de pronto. Ella. La única que logra bloquear todos mis pensamientos, que hace que me sienta tan insignificante y que detiene el tiempo. Según me alejo no puedo parar de preguntarme cuando volveré a verte. Me da pena perderte entre los edificios. Desde lejos o cerca eres igual de omnipotente. Porque ese amasijo de hierros descomunales me hace sentir la grandeza del hombre. Porque cada vez que miro al cielo, donde se pierde la punta de la Torre Eiffel, siento que no soy nadie y que una simple antena tiene más carisma que todos nosotros.

Y sin embargo cuando llegarón las 24h del último día del 2011 sentí que quería estar a unos cuantos kilómetros de allí. Madrid. Un hombre con bigotes de domador salió de la cocina de aquella Brasserie tan retro con una cacerola de metal. "Cinq, quatre, trois, deux,..." Aporreaba el desgastado recipiente con un desproporcionado cucharón de sopa mientras su cuenta atrás dejaba indiferente a los comensales. Y así pasamos del 2011 al 2012 sin gritos, abrazos, sin puerta del Sol, sin los pitidos del whatsapp, de los sms, sin las lineas sobrecargadas. Así son los franceses. Seguían bebiendo su vin de Bordeaux con su tarte Tatin. Impasibles. Imperturbables. Tranquilos. Ni un ápice de locura, ni de emoción, brotaron en ese preciso instante en el que supongo, como cada año, toda España estaría dejándose los pulmones entre matasuegras, gritos de alegría y promesas para un año por escribir.