jueves, 11 de diciembre de 2014

Tranxilium

Mi tía Nene me acaba de regalar un anillo alucinante de calcedonias azules. Un dia paseando por Londres mi abuela lo vio en un escaparate y mi abuelo se lo regaló. Ella falleció hace menos de un mes. Miro el anillo y me pregunto qué habrán vivido esas tres piedras abrazadas a su fino dedo anular. La recuerdo fumando, siempre tan delgada. Se nos olvida que somos mortales.

Es la 1 y 55 minutos y no se oye ni un ruido en mi nueva casa. Es quizás la tercera noche que duermo aquí sola. Supongo que algún día me dará pena marcharme pero ahora mismo sólo siento un profundo vacío porque nada me recuerda a nada, ni siquiera cada uno de los objetos que llevan años viajando conmigo. Me siento como un estúpido bolígrafo cargado de tinta que no se atreve a empezar a escribir en este folio tan blanco en pleno Príncipe de Vergara.
Olvidar. Qué difícil es olvidar a alguien que no quieres olvidar. Enterrar sería el verbo apropiado. Enterrar sentimientos, enterrar sueños, enterrar anhelos, enterrar recuerdos. Engañarse a uno mismo. Fingir. Me cuesta conjugar verbos que jamás pensé que conjugaría con tu nombre.

Miro a la izquierda de mi cama nueva, vació. Y silencio. No sabría ni qué banda sonora unir a este escenario: la ausencia de todo, la nada. Y siento el impulso de correr a buscar a mi compañero de todas estas noches pero el blister plateado está ya vacío. Sólo oigo a lo lejos el ritmo frenético del reloj del horno, coches que pasan, motos que quisiera que fuesen la tuya, el teclado de mi portátil y un millón de pensamientos que retumban en mi cabeza caóticos y que no consigo ordenar.

Es difícil de explicar porque ni siquiera yo he logrado entenderlo y por supuesto nadie podrá nunca explicarme el porque la vida nos dio esa pequeña segunda oportunidad para sin venir a cuento arrebatármela. Me pesan los párpados. Bendita cerveza. Se nos olvida que somos mortales. Yo finjo, yo finjo, finjo que todo va bien…tengo un nudo en la garganta, yo finjo…durmiendo es más sencillo fingir.

Te echo de menos.