jueves, 21 de enero de 2016

Maui

Juraría que era el cromo número 99 de la colección de Sherlock Holmes el que me faltaba desde hacía tiempo. Me acuerdo del lugar exacto del patio del Cours Molière en el que por fin intercambié con aquella desconocida ese maldito cromo contra un taco de "si les" que no me cabía en la mano. Me pregunto porque cojones recuerdo esto ahora. Supongo que es porque entre todos los recuerdos que invaden ahora mismo mi cabeza ebria intentando salir a flote de una marea de olas de mierda, de pensamientos de mierda, de una tormenta en la que me falta el aire es un recuerdo absurdo que me ha hecho sonreír.

Eso y el ruido de las suelas vírgenes de "Mawi" que va correteando sin sentido alguno por el parquet de casa. Tiene dos meses y es mi nueva colega. Un retaco de pelos que se come los muebles de casa y que no me deja dormir desde hace más de un mes. Maui me recuerda a verano, a mar, a playa y a bien lejos de aquí que es donde querría estar ahora mismo. Bien lejos de Madrid.

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