martes, 12 de julio de 2011

El Registro Mercantil (2ªparte)

Después de 2 meses y pico esperando el ansiado milagro de ver las Escrituras de Enfant Terrible inscritas en el Registro Mercantil, después de 200 llamadas a un teléfono obviamente silenciado, tuve que volver al Paseo de la Castellana, 44, segunda planta.

En el despacho de Cristina Barrena estaba la tercera versión que he conocido en este tiempo de la desaparecida en combate. Una señora chiquitita que parecía haber sido colocada ahí por pura casualidad y que no sabía nada de registros, ni de sociedades. Me comentó como si fuese normal que no me iba a poder ayudar hasta que la Cristina Barrena original volviese. ¿Y volviese de dónde? De su Luna de Miel.
Una contestación muy profesional para el respetado Registro Mercantil de la Comunidad de Madrid.

Quizás, me pregunto si su sustituta esperaba que yo también me alegrase del feliz enlace pero cuando visualicé a mi Cristina imaginaria en alguna playa del mundo con una piña colada tirada en una hamaca...el efecto logrado fue el contrario.

Pero a pesar de mi cara de enfado, de mis pataletas y ruegos tan sólo logré que volviesen a apuntar mi teléfono en un post-it amarillo. El tercero en este mes. Asumí que tenía que volver.

Lo curioso es que cuando subí otra vez a la segunda planta de Castellana, 44, me topé con una impresora que me hizo dudar de mi paradero. Después de tantas idas y venidas no sabía donde estaba el despacho de la Cristi. ¡Qué locura! Entonces conocí a Chema.

Chema está siempre en la entrada del Registro orquestrando a la gente perdida y ávida de información. Siempre había estado ahí, en la maldita entrada, en mis narices. Pero yo nunca le había preguntado nada. Y en 10 minutos le expuse mi problema y volví a pasar a un flamante post-it amarillo. El cuarto. Debe de ser el procedimiento del Registro Mercantil. Bueno, es un sistema barato aunque poco efectivo hasta entonces. Chema me juró y me perjuró que me ayudaría pero aún así quise subir a conocer a Cristina y cagarme en su bronceado.

Ahí estaba. Por supuesto la felicité por su boda y le pregunté por su viaje (su cara era un poema) y entonces ella puso en práctica el sistema de automatización de la información del Registro Mercantil...apuntó mi móvil en un post-it! Y van 5...

Así que después de haber figurado en 5 post-its del Registro Mercantil...el único que funcionó fue el de Chema que a los tres días exactos me llamó para confirmar que por fin la Sociedad había sido registrada.

Y entonces observo mi mesa, mi bolso, llenos de post-it en los que voy anotando deberes y me pregunto si este simple invento de 1968 de Spencer Silver es en el fondo mucho más revolucionario y eficaz que cualquier otro...al del presupuesto de la verja ya le he tenido que mandar 6 emails...le enviaré un post-it.
En cuanto al Registro Mercantil si tienen cualquier problema...pregunten por Chema.



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